Revoluciòn permanente

Una Revolución que cambió totalmente la manera de ver el arte y la arquitectura.
Desde la Revolución Francesa cambió totalmente, la situación en que vivieron los artistas por la roptura de la tradicción , la Revolución Industrial provocó una falta de preparación artística sólida, además de ser una época en la cual la cantidad de edificios construidos en el siglo XIX fue probablemente el mayor de las épocas anteriores juntas, pero estas carecían de estilo propio, demostrandose sencillas y no artísticas, cuanto más concienzudamente estudiaban para imitar los pasados estilos, menos fácilmente se adaptaban a sus proyectos y a los fines a que se dirigían.                                                                                                                                                                                                Charles Barry y Augustus Welby Northmore Pugin el Parlamento Londres 

Precisamente fue la sensación de seguridad lo que los artistas perdieron en el siglo XIX y la ruptura con la tradición había abierto un campo ilimitado de estilos para escoger.
El gusto del comprador se había fijado en un estilo y por eso el artista no se sentía conforme con eso para poder satisfacer la demanda, así que ciertas veces se veía el artista obligado a hacer lo que el cliente exigía, más no lo que el sentía .
El artista en cierto modo estaba perdido pero no del todo ya que por primera vez llegó a ser verdad que el arte era un perfecto medio para expresar el sentir individual siempre y cuando el artista poseyera ese sentir individual al que dar expresión.
Posiblemente seguiría siendo verdad que la palabra arte adquirió un sesgo diferente a partir de la gran Revolución. Jean Auguste Dminique fue un destacado pintor nacionalista quien destacó por sus disciplinas y perfección absoluta. Eugene DeLacroix consideró que en la pintura, el color era mucho más importante que el dibujo y la imaginación que la inteligencia. Posterior mente interpretarian temas de pinturas con más quietud y demostrando cierta tranquilidad en sus representaciones como la pintura de Jean Francois Miller, la obra llamada Las Espigadoras-1857-Museo de Orsay Paris. En esta pintura no se halla representado ningún incidente dramático, nada que pueda considerarse anecdótico, más bien demostrando una labor de significación noble y pacifista todo lo contrario a pinturas que fueron grandes obras en tiempos pasados.


                                                                           Edouard Manet Carreras en Longchamp 1865

Todos deseaban crear la sensación de cuerpos sólidos, mediante juego de luz y sombra. Pero el hecho es que al aire libre y en plena luz del día, las formas voluminosas a veces parecen planas como simples manchas coloreadas, este efecto es el que Manet quiso analizar, las nuevas teorías no se refirieron tan solo al manejo del color al aire libre, sino también a las formas en movimiento. Manet quiso facilitar una impresión de luz, velocidad y  movimiento. Manet creo un nuevo concepto, la idea de que toda reproducción de la naturaleza debía necesariamente concluirse sobre el terreno, esta no solo exigía un cambio de costumbre, o un menosprecio de la comodidad, sino que conocía nuevos procedimientos técnicos.
Al grupo de Claude Manet se los conoció como impresionistas, gracias que este pusiera un cuadro con el nombre “impresión  amanecer”, no solo era su manera de pintar lo que indignaba  tanto a los críticos, sino también los temas elegidos por estos pintores,  los pintores pertenecientes a este grupo juvenil de los impresionistas explicaban sus nuevos principios, no solamente al paisaje sino también a cualquier escenario de la vida real su interés, principal desde en otro aspecto deseando captar la mezcla de brillantes colores y estudiar el efecto producido por la luz del sol.
Al cabo de más de un siglo nos resulta difícil comprender, porque estos cuadros provocaron tantas tormentas de indignación y de burla, pero vemos que el aparente abocetamiento no tenía nada que ver con el descuido, sino que este fue fruto de una gran apariencia artística, ya que si Renoir hubiera pintado cada pormenor, el cuadro hubiera resultado opaco y falto de vida. Recordamos que las mismas victorias del naturalismo y de la perspectiva hicieron que sus figuras precisen rígidas y toscas y que solamente Leonardo fuera capaz de vencer esta dificultad dibujando, haciendo que las formas se fundiesen en sombras obscuras,  este procedimiento se llama esfumado, las composiciones armoniacas y el dibujo correcto se dejaron de lado, el artista no tenía que responder ante nadie sino ante sus propias sensaciones de lo que  pintaba y como lo pintaba.


Uno de ellos aliados que contribuyeron al superación de los hombres en el siglo XIX fue la fotografía, la evolución de la cámara ayudo a descubrir el desarrollo de la fotografía, esto obligo a los artistas a ir más allá en sus experimentos y en exploraciones, la evolución de la cámara  portátil y de la instantánea comenzó hacia los mismo años que vieron la aparición de la pintura impresionista. La cámara ayudo a descubrir el encanto de las vistas fortuitas y los ángulos de visión inesperados el siglo XIX la fotografía estuvo a punto de desposeer al arte de la pintura de esta función, los artistas se vieron impulsados incesantemente a explorar regiones a las que la fotografía no podía seguirles. El segundo aliado que los impresionistas encontraron en su atrevida persecución de nuevos temas y nuevos esquemas de color fue la estampa coloreada japonesa en el siglo XVIII, Las estampas japonesas ayudaron a los pintores franceses  a ver cuánto quedaba en ellos todavía de los formalismos europeos sin que se apercibieran de ello los japoneses tuvieron preferencia por las representaciones de aspectos insólitos y espontaneas del mundo.



                                                                       James Abbott Whistler Composición en gris y negro 

Edgar Degas algo mayor que Monet y Renoir quiso plasmar la impresión del espacio y la solidez de las formas vistas desde los ángulos más insospechados  sobre las formas humanas, lo que le importaba para retratar estas escenas de juegos de luz y sombra para ver de qué manera podía lograr sugerir el movimiento o el espacio. El movimiento impresionista hizo de parís el centro artístico de Europa. Whistler no fue un impresionista en el sentido  estricto  de la palabra, su preocupación principal no se dirigió a los efectos de luz y color  sino más bien a la composición de una de sus obras más famosas es el retrato de su madre nombrado composición en gris y negro  el esmerado equilibrio de formas, es el que confiera al cuadro su calidad apacible,  además  gracias a los tonos de su gris y negro de los cabellos y del vestido a la pared y al marco realzan la sensación de soledad, que hacen tan atractivo a cuadro.

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